lunes, 14 de mayo de 2012

Insisten en que silos y camiones levantan nubes de polvo contaminante


Los habitantes del sector La Limonera en Manzanares conviven con el polvo que genera una montaña de cemento que reposa al aire libre. El cúmulo es removido constantemente por obreros que cargan el material en varios camiones.

El polvo que se levanta durante ese proceso preocupa a los vecinos de ese sector, así como también a los de Chuao, Montalbán, Cumbres de Curumo, Santa Mónica, Santa Eduvigis, La Yaguara y La Rinconada. Para ellos, carecen de veracidad las aclaratorias que el jueves hizo Francisco Sesto, ministro para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas, quien sostuvo que las instalaciones son inocuas.

"Hemos visto circular camiones de piedra picada. La planta que mostraron ayer no estaba en funcionamiento; aquí hay 5 o 6 camiones que rotan constantemente y levantan una nube de polvo. No se han hecho los estudios para ver si causan daño. Ese material que trasladan es silicio. Si no pasara nada la gente no estaría diciendo que se siente mal", expresó Sandra Carrillo, representante de la Asociación de Vecinos de Chuao.

El señalamiento lo hacen también el resto de los moradores de los edificios ubicados al frente de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda. Desde sus ventanas el panorama es diferente a las imágenes que se vieron en televisión de la Planta de Producción y Distribución Construpatria La Carlota. Está pavimentado el espacio en el que reposan los silos que mostró Sesto durante la inspección a las instalaciones ubicadas en Chuao. El resto del extenso terreno es de tierra.

Sesto también afirmó que allí solo se mezclan componentes necesarios para la construcción, acción que, aseguró, no contamina el ambiente. Negó que la estructura emane polvos que causen silicosis y otras enfermedades. Justificó la instalación de 8 estructuras en Caracas con el argumento de que es reducida la vida útil del concreto mezclado y por eso tiene que estar cerca de las construcciones.

El presidente de Pdvsa Social, Ower Manrique, también ofreció, durante la inspección televisada, explicaciones acerca de la seguridad de las plantas mezcladoras de cemento de La Carlota, pero omitió algunos detalles. Manrique aseguró que las plantas están dotadas de dispositivos tecnológicos que reducen la emanación de gases y polvos tóxicos. Sin embargo, no explicó lo que sucede en la etapa anterior a la mezcla, cuando se vierten los materiales para hacer el concreto. El material llega en cisternas, pero se desconoce de dónde provienen los vehículos y si están fabricados para impedir el escape de cemento. Ellos se han convertido también en sospechosos de causar la contaminación que ha preocupado a los vecinos.

Carlota Pasquali, arquitecta e investigadora del tema ambiental de la Universidad Simón Bolívar, hace énfasis en el papel que desempeñan los camiones en el traslado del cemento hasta la mezcladora. "Al liberarlo para introducirlo en las tolvas también quedan libres las partículas que hacen daño", explicó.

Interrogantes. Los funcionarios no informaron si se han hecho estudios de impacto ambiental de la instalación de 8 plantas dosificadoras de concreto en varios puntos de la ciudad, en las que la rotación de trompos, cisternas y tractores es incesante. Las estructuras se suman a las instaladas en construcciones privadas, de las que habló Sesto en el programa Contragolpe, de VTV.

Eduardo Páez Pumar, miembro de la Comisión de Infraestructura de la Academia de la Ingeniería y el Hábitat, afirma que en Caracas han existido varias plantas similares a las instaladas por el gobierno. "Hay camiones que llevan cemento a granel y trabajan inyectando cemento con presión. Eso disipa polvillo", dijo.

Lisette Cardona, El Nacional

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