Durante el día las autoridades montaron una enorme barrera que abarca los cuatro canales de la avenida Del Ávila, cien metros antes del Banco del Libro. Ésta fue construida con grandes rejas, apoyadas en dos vehículos blindados de monitoreo que sirven para observar las manifestaciones a la distancia.
Algunos vecinos aseguran que dentro de éstos hay pantallas que transmiten lo que captan las cámaras de seguridad de la zona, como en la avenida Francisco de Miranda y en la Plaza Francia. Esta barrera no permite el paso vehicular de la autopista hacia Altamira.
Al final de la tarde, cuando unas 300 personas expresaban su rechazo al Gobierno nacional y armaban barricadas, comenzó el enfrentamiento con los funcionarios. Según narraron los presentes, en un momento los uniformados hicieron ver que se retiraban y dejaron que los jóvenes se acercaran.
Cuando estaban a pocos metros, fueron sorprendidos por decenas de parejas de la GNB en moto, quienes detenían a las personas, las llevaban entre los dos funcionarios y las dejaban detrás de las barreras.
Mientras ocurrían las detenciones, una lluvia de perdigones y bombas lacrimógenas caía en el lugar, afectando no solo a manifestantes sino a los vecinos.
Habitantes aseguraron que en la refriega muchos funcionarios golpearon fuertemente a los detenidos, cuando intentaban escabullirse y robaron sus celulares.
En el lugar reinó la confusión. Los afectados por los gases buscaron ayuda, muchos corrían en distintas direcciones, mientras que los funcionarios fuertemente armados, correteaban a los jóvenes desde sus motos. Así lograron apresar a 10 mujeres, entre ellas se presume que hay una menor de edad; y unos 31 hombres. En pocos minutos los funcionarios se habían retirado de la avenida. En el lugar quedaba el efecto de los gases, el reencuentro de los que lograron huir y el temor por los desaparecidos.
Un grupo de vecinas se dirigió a la barrera para interceder por los apresados, y exhortar a los funcionarios para que, por lo menos, entregaran a las mujeres. Muchos vieron cuando detuvieron a una menor de edad. También solicitaron que entregaran la lista de los aprehendidos para difundir la información a través de los medios.
La espera estuvo colmada de angustia. Poco a poco llegaban familiares de los detenidos. Con los militares solo podían conversar las mujeres, esa era la regla. Las vecinas hicieron múltiples reclamos como el uso de la fuerza excesiva contra jóvenes; el uso de armas de fuego y la violencia en las aprehensiones.
Uno de los funcionarios al ser consultado del porqué de tanta violencia, lo único que respondió es que era producto de la adrenalina del momento. Mientras se esperaba la respuesta de los funcionarios, se comenzó a escuchar una música de fondo que cada vez tenía mayor volumen. Era una de las canciones que se usaron en la campaña presidencial de Nicolás Maduro, que al terminar, recibió el conocido grito oficialista por parte de los GNB presentes: "Chávez vive, la lucha sigue".
Dos horas después del enfrentamiento, en el lugar el gas se percibía en los ojos. La calzada estaba colmada de aceite, basura, piedras y los restos de las bombas lacrimógenas y perdigones. La vía permanece cerrada, ya no por las protestas estudiantiles, sino por las barreras montadas por los funcionarios de la GNB.
El alcalde del municipio Chacao, Ramón Muchacho, reportó a través de su cuenta en la red social Twitter dos mujeres heridas por perdigones. Las mismas fueron atendidas en Salud Chacao.
Luego de dar a conocer la lista de los detenidos, se informó que el grupo fue llevado a Fuerte Tiuna y que este sábado será presentado antes los tribunales correspondientes. Detrás de la barrera de los militares, unas cinco tanquetas aguardan acompañadas de cuatro camiones blindados, una decenas de rústicos, tres autobusetes, motos y más de cien funcionarios.
ELKIS BEJARANO DELGADO | EL UNIVERSAL
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