"Vamos Sarita", le decía un corredor a su mascota, una pastora alemana, cuando estaban a escasos metros de alcanzar la meta en la Av. Venezuela de El Rosal. Participaron en la ruta más exigente: la carrera de 6K y lograron un tiempo de 31 minutos. Otros corrieron 4K y el grupo más nutrido fue el que integró la caminata de 2K.
Los corredores de cuatro patas tuvieron que someterse a un chequeo médico previo para verificar que su condición física estuviese apta para la competencia. Quienes escogieron la caminata solo tuvieron que mostrar los certificados de las vacunas de sus mascotas.
Fue una carrera en la que muchos desestimaron los tiempos. Lo importante era terminar la prueba, compartir en familia y pasar un día diferente. Al llegar a la meta, los competidores recibían la medalla que era colocada sobre su pecho o ajustada y puesta en el cuello del animal. Muchas eran las manos que sobaban las cabezas de las mascotas que con la lengua afuera alcanzaban la meta.
Por tercera vez, Chepina, una mestiza, y Nano, un Basset Hound, participaron en la caminata junto a su dueña, Yuruani Bonnet, vecina de Guarenas. "Vinimos a colaborar porque los fondos recaudados son para los peluditos de la calle y porque es buen momento para que ellos compartan".
Norangive Melendrez vino desde Caricuao a caminar con su perro, Apolo José, un Flat-Coated Retriever. Hubo quienes viajaron de La Victoria para participar en la actividad que recogió fondos para la asociación civil Voluntarios por los Animales, que atiende a unos 2.500 perritos sin hogar en unos 15 refugios de todo el país.
Diana García, gerente de marca de Purina Dog Chow, explicó que 1.900 mascotas y sus dueños participaron en la iniciativa que cada vez gana más adeptos. El año pasado se inscribieron 1.300 personas.
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