jueves, 30 de septiembre de 2010

Mueren dos obreros al ceder talud de tierra en Altamira


A las 9:30 de la mañana de ayer, cuando un grupo de obreros realizaba labores de encofrado en las bases de un edificio residencial que se construye, en la primera avenida con décima transversal de Altamira, un talud cedió y provocó la muerte de dos de los trabajadores. Las víctimas quedaron identificadas como Carlos Baque Muñoz, de 64 años, y José Miguel Julio, de 28.

Según destacaron los demás trabajadores, el hecho se produjo por la debilidad de la tierra luego de las lluvias que azotaron a la capital, pues el talud de tierra se desprendió repentinamente, cuando ellos laboraban a un lado. "Estábamos colocando el alambrado en las bases del edificio. Ellos (los fallecidos) se colocaron cerca del terreno que se deslizó y quedaron atrapados", dijeron los obreros.

Un tercer trabajador, que no fue identificado, también quedó atrapado por la tierra, desde las piernas para abajo, y logró salir sin contratiempos. Según destacó el hijo de Carlos Baque, quien es maestro de la obra y lleva el mismo nombre, avisaron de inmediato a la Policía, que llegó al lugar con un equipo de los Bomberos del Distrito Capital para rescatar a los tapiados.

Luego de una hora y media, lograron sacar los cuerpos de los obreros fallecidos. Carlos indicó que su padre residía en Ocumare del Tuy, y que todos los días viajaba a laborar en la construcción. Por otra parte, se conoció que José Miguel residía en Petare con su familia, a la que notificaron al suceder la tragedia.

Según destacaron los Bomberos, el área donde se realiza la construcción del edificio no cuenta con las estrictas medidas de seguridad industrial, por lo que no previó la manera de actuar al momento del hecho. "Existen muchas fallas en el lugar que deben ser evaluadas de inmediato. Cayeron más de 15 metros cúbicos de tierra", detallaron los funcionarios. Efectivos del Cicpc se llevaron retenidos al ingeniero y al maestro de la obra para levantar un informe.

Fernando Sánchez, EL UNIVERSAL, jueves 30 de septiembre de 2010

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