Vendedores informales ocupan las inmediaciones del parque
Tiene un total de 82 hectáreas, 38 más que el Vaticano, y fue diseñado por un equipo conformado por el paisajista y arquitecto brasileño Roberto Burle Marx y los arquitectos venezolanos Fernando Tábora y John Stoddart, además del botánico Leandro Aristiguieta. Posee más de 130 especies de plantas que se encuentran divididas en cinco jardines.
Pero el paso del tiempo, el uso intensivo y los problemas de mantenimiento han dejado su marca en este espacio.
Las áreas verdes lucen descuidadas, la falta de mantenimiento en sus alrededores es evidente. La grama se encuentra en alto nivel y densidad por la falta de maquinarias necesarias para la poda de la hierba, alega el personal.
Carmen Pérez, quien acude continuamente, destacó que hay fallas en el servicio de agua. "Siempre veo camiones cisternas surtiendo de agua al parque. Hay mucha grama seca. La higiene de los baños es crítica y los animalitos se están muriendo de hambre", expresó.
Sin embargo, se dispone cestos de basura utilizados de manera responsable por sus beneficiarios; incluso, se ubican en varias zonas cuatro papeleras de reciclaje; una para papeles y cartón, otra para envases plásticos y las dos restantes para envases de aluminio y residuos orgánicos.
"El parque se ve acabado mas no sucio. Las personas que vienen con disciplina y constancia cuidan al parque, las que vienen regularmente no tanto", indicó Erasmo Córdova, usuario habitual.
El parque Generalísimo Francisco de Miranda además es el sitio de entrenamiento de grupos de deportistas y clubes de corredores del país. Reuniones para bailoterapias y ejercicios aeróbicos, tai chi, yoga, capoeira, entre otros.
Un gimnasio al aire libre está dispuesto al lado de la entrada principal. Adentro está la biblioteca pública "Generalísimo Francisco de Miranda", así como también puestos comerciales de bisutería, materiales artesanales y variedad en dulces y comidas. Y no se puede olvidar las instalaciones del Planetario Humboldt.
Su horario de atención al público es de martes a domingo de 5:00 a.m. a 5:00 p.m. Además, al final del estacionamiento de la Francisco de Miranda, funcionan módulos permanentes del Saime y del INTT, donde es posible realizar los trámites para obtener diferentes permisos. Los usuarios permanentes del parque cuestionan las colas por las experticias de vehículos.
En las zonas aledañas hay una constante presencia de vendedores informales que obstaculizan el paso de los transeúntes, justo en la salida de la estación del Metro que conduce al parque.
Por otra parte, las filas de viajeros que hay en las cercanías de este espacio público, a causa de las paradas de autobuses que se dirigen al estado Miranda, son otro factor que influye en el deterioro del parque.
Se intentó verificar la programación de mantenimiento por parte de Inparques pero no se obtuvo respuesta.
EL UNIVERSAL, martes 19 de enero de 2016, dvasquez@eluniversal.com
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