Son 108 hectáreas convertidas en la cenicienta, el patio trasero del gobierno, en la chivera. En los terrenos de La Carlota se han ejecutado numerosos proyectos, pero el parque que prometió Hugo Chávez, en el año 2001, aún no termina de concretarse.
Ante la mirada de los vecinos, el Gobierno Nacional levanta desde hace un poco más de un mes, una planta procesadora de concreto. Ni siquiera las horas de sueño son respetadas.
"Cada vez que prenden los reflectores pareciera que fuese de día, tengo doble cortina y aún así, se ilumina todo el cuarto", cuenta Maritza Guzmán, quien reside en la avenida Río de Janeiro, justo frente a la obra.
Aunque la planta concretera no se ha puesto en marcha, los habitantes de las cercanías ya se quejan de las grandes cantidades de polvo que ingresan a los apartamentos y generan alergias.
Pero los verdaderos riesgos para la salud están por verse, advierte Harold Cova, representante del consejo comunal de Chuao. Se calcula que en dos o tres semanas se puede poner en marcha la concretera, y con ello pueden llegar numerosas enfermedades respiratorias a la comunidad.
"Puede generar enfermedades leves como conjuntivitis o asma, pero a mediano y largo plazo las personas que están expuestas pueden desarrollar enfisema pulmonar o cáncer. Estamos hablando de cuatro mil metros cúbicos de cemento que se procesarán a diario", detalla Cova.
Lo que se inició como una intervención puntual en La Carlota, se ha ido extendiendo. El perímetro en el que la Misión Hábitat pretendió construir viviendas ha sido prácticamente intervenido en su totalidad.
"Cada vez hay más movimiento, no sabemos a dónde va a parar toda esta intervención. Lo que sí tenemos claro es que detrás de esto hay un proyecto, no se trata de algo improvisado", dice Luis Badolato, miembro de Asochuao.
Para Badolato, cada vez está más lejana la posibilidad de tener un parque verde en los terrenos de la base aérea. En el lugar funcionan, además de la nueva concretera, distintas dependencias militares, un centro de ensamblaje de celulares y computadoras, y hangares. También quedan algunas familias damnificadas.
Los vecinos están dispuestos a dar la pelea para evitar que se siga desvaneciendo la posibilidad de tener un parque verde en estos terrenos. Cova señala que la lucha no será sencilla. "Esa planta se colocó allí para cumplir una meta política del presidente, para seguir haciendo viviendas y será difícil pelear contra eso, pero igual tomaremos acciones", afirma.
BEATRIZ CRUZ SALAZAR | EL UNIVERSAL
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