En un momento como este, cuando Chacao discute los posibles usos para 20 terrenos baldíos en el municipio (que fueron objeto de intentos de invasión hace una semana) la comunidad rescata el debate sobre otro terreno: el del antiguo mercado. La reivindicación es justa, alegan, al referirse a un espacio tomado por unos pocos que han impedido que allí se haga una escuela, una plaza, un estacionamiento, una casa de la cultura, el gimnasio vertical, y un centro de fisiatría para abuelos. El proyecto del centro cívico beneficiaría directamente a más de 100 mil personas. Hoy en la vieja estructura del mercado solo hacen vida entre 80 y 100, según Larry Moreno, del Colectivo La Dignidad.
Cuando los miembros de la sala de batalla Victoria Popular, quienes lideraron las tomas frustradas, hablan de espacios subutilizados, Norelys Alonso, vecina del casco de Chacao, se siente burlada. Ella ha visto como en la parcela donde se instaló el campamento Barrio Tricolor (frente a la antigua sede del mercado), las carpas pasaron de verde oliva a un tono desteñido. "Ahí nada se ha hecho, solo funcionó los cinco primeros meses". Un candado protegiendo la reja y las tiendas de campaña deshabitadas hablan de inactividad.
Rafael Guerra, vecino de Los Palos Grandes, mantiene la fe. "Confiamos en que ese lugar va a ser rescatado en algún momento para la comunidad. Es un acto de egoísmo de un pequeño grupo. Ellos tienen sus puestos en el nuevo mercado pero se niegan a ocuparlos. Mientras tanto frenaron la creación de entre 700 y 1.000 puestos de estacionamiento que descongestionarían las estrechas calles del casco central. Cuando se retome la obra le va a costar mucho más al municipio".
El grupo minoritario de concesionarios que se resiste a abandonar las antiguas bateas aún ofrece algunos productos, pero se quejan de la escasa presencia de compradores. "Las ventas han caído mucho. Aquí tenemos precios socialistas que no tiene el Sambilito (nuevo mercado de Chacao) pero mucha gente por miedo no viene a comprar, nos han estigmatizado", dice Rubén Vargas, hijo de uno de los fundadores del mercado y encargado de la radio Indio Chacao, que funciona allí.
El lugar, según Vargas, es una especie de trinchera que sirve como centro de reuniones a cuatro consejos comunales, el colectivo La Dignidad y la sala de batalla Victoria Popular. Pero la meta es convertirlo es un mercado socialista un punto de referencia nacional y hasta internacional, que expenda productos del Alba. "Lo que presentan como centro cívico es un negocio de Leopoldo López que se llama la Milla de Oro, un anexo del Centro San Ignacio", alegan para rechazar el proyecto que es el anhelo del 80% de los vecinos de Chacao. También es el sueño de estudiantes, padres y docentes de la Escuela Municipal Andrés Bello, que allí tendrían su nueva sede, pues en la actual están hacinados.
DELIA MENESES | EL UNIVERSAL, domingo 30 de enero de 2011
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