Ergo transforma el paisaje urbano

El Municipio Chacao se ha caracterizado por ser original y vanguardista en muchas de sus manifestaciones urbanas, tales como sus edificaciones, sus parques, su iluminación, sus calles y avenidas, sus plazas y su vegetación, incluido el telón de fondo que lo constituye el esbelto y omnipresente cerro del Ávila. Dentro de este armónico paisaje urbano también participan, aunque apenas lo percibamos, una serie de casetas de electricidad y teléfonos y algunos contenedores de basura que han sido utilizados por ERGO como soportes de sus trabajos gráficos.

Ergo, un antropólogo venezolano de 28 años nacido en Bristol, Inglaterra, le ha cambiado la imagen a más de 30 casetas de Chacao con sus esténciles irrepetibles, ya reproduzcan el rostro de un anciano, un indio, un afroamericano o un niño. Su propósito es “humanizar espacios urbanos carentes de personalidad” y no dudamos que lo esté logrando. El juego consiste en “apropiarse de espacios públicos y tratar de convertirlos en puntos de referencia visualmente agradables”.

A él no se le vincula con el mundo de los grafiti porque su trabajo se basa en una técnica artística de decoración, llamada también estarcido, en que una plantilla con un dibujo recortado es usada para aplicar pintura, lanzándola a través de dicho recorte, obteniéndose una imagen con esa forma. “No soy diseñador gráfico ni grafitero per se. Creo que la etiqueta de artista me quedaría un poco grande también. No me defino como artista urbano, porque eso es prepotente. Sólo estoy interesado en llevar mi trabajo a un medio público, donde la gente lo pueda ver".Quizás la filosofía detrás de su obra es embellecer espacios públicos, que antes la gente ignoraba, sin hacerle daño a nadie.

Comenzó utilizando imágenes tomadas de internet como base para la elaboración de sus esténciles, pero cada vez más reproduce fotografías propias, lo que le da un carácter más personal y artístico a sus creaciones. Es tal la proliferación de casetas “intervenidas” por ERGO que es difícil pasar por Altamira, Los Palos Grandes o La Castellana sin advertir sus figuras en alto contraste. “A mí me encantaría ver una explosión de arte urbano en Caracas, de distintos estilos y con diversos soportes, pero en vez de esperar a que otros lo hagan prefiero salir a ver qué puedo hacer yo, para ver cómo puedo contribuir a mi manera y con los medios que tengo a mi alcance”.