La entrada a Sabas Nieves, ubicada en la décima transversal de Altamira, comenzó a utilizarse al comienzo del período de Irene Sáez. Pronto, debido a la gran afluencia de visitantes de Chacao y de los demás municipios de Caracas, los cuales transformaron las calles y aceras en un enorme y congestionado estacionamiento, surgió la necesidad de reglamentar las áreas situadas alrededor de dicha entrada.
Entre los vecinos y la Alcaldía luego de numerosas consultas y reuniones, se acordó construir las jardineras en las que hoy se ven unas palmas y matas de mango, con la finalidad de evitar la aglomeración de vehículos y permitir su fluida circulación, se pintaron de amarillo los bordes de las aceras del lado sur de las calles, se colocaron avisos indicando las áreas prohibidas para estacionar y se destacó un reducido grupo de funcionarios, en ocasiones acompañados por una grúa, sábados, domingos y días feriados para hacer cumplir las leyes y mantener el orden en un lugar al que acuden los fines de semana más de 30.000 personas. La capacidad aproximada del estadio de beisbol de Caracas.
Las mencionadas medidas se mantuvieron sin interrupción y sobre todo la presencia policial durante 14 años, desde mediados de la primera administración de Irene Sáez y las dos de Leopoldo López, hasta la actual, que a pesar de continuas solicitudes y reuniones, tres con el Alcalde y siete con funcionarios para que efectúen su trabajo, apenas hemos visto la aplicación de esporádicos operativos y excepcionalmente de manera regular en los días previos a las primarias de la oposición. Después el abandono total.
Ahora no se trata solamente de impartir el orden que merecen vecinos y visitantes; han ocurrido secuestros y robos de vehículos que sumados a el irrespeto a las señales de tránsito, patineteros y vehículos que se montan en las aceras, el corneteo y el ruido de las alarmas contra robos los fines de semana y días feriados, conforman un caos y un serio problema de seguridad.
En las primarias voté por el actual mandatario municipal, debido a que pensé que si el mismo era derrotado, no tendría la misma dedicación durante el tiempo que le quedaría de su gestión, lamentablemente, por lo menos en este caso así ha ocurrido. Agréguese la diferencia que tiene con algunos de los concejales y quizás estamos en el tránsito a la anarquía que padecen otros lugares de Caracas y el país.
Ojalá que así lo entiendan y cumplan con el trabajo para el cual los elegimos restituyendo la seguridad y el orden, destacando la imprescindible y constante vigilancia policial el alcalde Emilio Graterón y aquellos integrantes corresponsables del Concejo Municipal.
ALEJANDRO ARREAZA C. | EL UNIVERSAL
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