sábado, 16 de junio de 2012

En la zona tradicional de Chacao quedan pocas huellas coloniales


Los permisos de construcción y los cambios de uso han sido los principales enemigos de la historia colonial del casco de Chacao, porque han acabado con las huellas que quedaban, según comenta el cronista de Chacao, Humberto Alvarez.

El casco abarca 10 calles que se ubican en los alrededores de la Plaza Bolívar, que por cierto es uno de los espacios que aún se conserva en el mismo sitio de la época colonial con ciertas modificaciones. De las viviendas de techos rojos y de paredes de bahareque ya no queda ninguna. La última fue destruida hace dos años para construir un enorme edificio.

De la época de la fundación del casco de Chacao en el año 1768 solo quedan tres árboles centenarios y la iglesia de San José, que pese a los terremotos aún se conserva su estructura y los altares son los mismos de la época colonial, afirma el cronista Álvarez.

"Se puede decir que el pueblo (casco de Chacao) nació en medio de cuatro haciendas que se crearon después de la fundación de Caracas y tuvo una evolución muy rápida ya que sus promotores, los dueños de las fincas, especialmente Doña Rosa Pantoja, formaron un movimiento vecinal para fundar lo que fue San José de Chacao. En esa época eran como 1.500 habitantes", comentó.

Para el cronista, la falta de autonomía que tenía el municipio, cuando formaba parte del Distrito Sucre (ahora municipio Sucre), le hizo mucho daño al patrimonio histórico del casco, porque se otorgó toda clase de permisos de construcción en áreas que eran residenciales. Además, agregó, se perdieron muchos documentos históricos de la fundación del pueblo. "Y hemos tenido que reconstruir la historia con testimonios de las generaciones de los fundadores", recalcó.

Cuenta que los primeros habitantes de Chacao fueron de las Islas Canarias y "por eso creo que somos el municipio más cosmopolita de Venezuela. Aquí uno consigue personas de diferentes nacionalidades, desde chinos hasta croatas".

Para los habitantes, los cambios en el casco comenzaron en la época de Irene Sáez en el año 92, no solo en los espacios públicos como la plaza, sino en el área comercial.

Álvarez afirma que en la gobierno de Sáez se inició la evaluación comercial del municipio. "No solo se instalaron en el municipio entidades bancarias, embajadas y empresas privadas, sino que nacieron los pequeños comercios de las mismas familias que habitan en el casco central".

En cada una de las diez calles se consiguen en la planta baja de los edificios, desde abastos, tiendas y hasta pequeños restaurantes, que en su mayoría son de los residentes del casco. Según el cronista, si bien allí se han destruidos las edificaciones coloniales, este sitio sigue siendo el centro cultural del municipio. Además, se mantienen tradiciones como la de Los Palmeros de Chacao, las procesiones de la Semana Santa y la costumbre de reencuentros en los alrededores de la plaza Bolívar, que lo hacen a diario los vecinos.

MIGDALIS CAÑIZÁLEZ V. | EL UNIVERSAL

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