En Altamira y Los Palos Grandes aumenta la prostitución masculina como negocio. "Hola, ¿en qué te puedo servir? Son 300 bolívares", dijo Daniel al acercarse tímidamente a un carro que se paró justo a media cuadra de la plaza Francia. Debajo de la sombra de una parada de autobuses, él y Jonathan esperaban la llegada de algún cliente. Cuando se les preguntó sobre su edad, Daniel respondió: "El 29 cumplo 18". Jonathan apenas susurró que tiene 17. El aspecto de ambos es de muchachos que no alcanzan los 16 años de edad.
Minutos antes de ser abordados, ambos adolescentes salieron apurados del metro de Altamira. En la acera los esperaba un amigo que los condujo hasta el lugar donde trabajarían esa noche. Al primer silbido que les hacen desde un carro, el acompañante hace señas de que deben esperar, mientras les imparte las últimas instrucciones. No eran más de las 10:30 pm del martes.
Ambos adolescentes son de Barinas y allá ejercían el oficio en la zona La Gonzalera. Llegaron a Caracas hace un par de semanas y desde entonces son trabajadores sexuales del circuito de Los Palos Grandes, zona conocida entre los grupos gays como área de tolerancia para flirtear y ejercer la prostitución.
"En Barinas trabajábamos como transexuales, pero aquí en Caracas preferimos quedarnos vestidos de hombres porque es más seguro. Nos vinimos de la avenida Solano a trabajar a Altamira, porque nos dijeron que aquí hay más gente de plata, viejos, homosexuales y la policía no molesta, pero el lunes nos robaron en Chacaíto mientras buscábamos un hotel", comentó Daniel.
Vecinos piden ayuda. La práctica de la prostitución masculina en las inmediaciones de la plaza Francia de Altamira y Los Palos Grandes ha generado molestia entre los vecinos de la zona, quienes aseguran que sobre todo entre jueves y sábados, después de las 6:00 pm, la situación se torna intolerable.
"Desde hace meses, la plaza se volvió punto de encuentro para estos grupos que se concentran para armar escándalos. Son homosexuales, lesbianas y travestis. Lo lamentable es que cada vez son muchachos más jóvenes y que con ellos también vienen otros problemas como el consumo de drogas y alcohol", señaló Raúl Monserratte, presidente de la junta directiva de la Asociación de Vecinos de la Plaza Altamira Norte.
Los comerciantes de la zona kiosqueros, perrocalenteros y taxistas coinciden con Monserratte sobre los escándalos que ocurren en el área. "Esto es terrible en las noches. Se emborrachan, pelean, los golpean y quedan deambulando por ahí. También se cometen robos y todo se le está escapando de las manos a las autoridades", manifestó la vendedora de un kiosco que prefirió no identificarse, pues considera que corre riesgo por estar permanentemente en el área.
El alcalde de Chacao, Emilio Graterón, reconoció que el problema generado por los grupos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales que se congregan en la plaza Francia y en otros espacios de Los Palos Grandes se ha incrementado desde hace un año y medio. "Estas personas se reunían en otras plazas de la ciudad, pero ellos aducen que la situación de inseguridad los lleva a todos a concentrarse en Altamira, porque se sienten seguros. Obviamente generan problemas conexos con sus conductas y actitudes. Chacao es un espacio de respeto de las preferencias sexuales, pero se ha malinterpretado como tolerancia permisiva, y muchos pretenden comportarse de manera no apropiada", expresó Graterón.
El alcalde dijo que en la zona hay cada noche seis patrullas recorriendo el sector, pero que no se puede proceder contra estos jóvenes que ejercen la prostitución porque, a menos que los consigan in fraganti, no les pueden negar el derecho al libre tránsito ni a pararse en las esquinas del municipio. "Cuando la comunidad observa algo lo puede denunciar a través del 0800-POLICIA o directamente al Consejo de Derechos del Niño y el Adolescente para que podamos actuar, pero estar en la calle no constituye un delito como tal", dijo el mandatario local.
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Williams Marrero/El Nacional
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