Cambio de contratista, licitaciones desiertas, problemas para asignar la concesión, materiales que no se consiguen, exigencias del Instituto del Patrimonio Cultural, del Inpsasel y de los bomberos, contratiempos financieros y legales... Acondicionar el estacionamiento de la plaza Altamira ha sido una carrera de obstáculos de casi dos años que al parecer tendrá su final feliz cuando en diciembre sea abierto al público uno de sus tres sótanos.
En diciembre de 2009 el Inpsasel (Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, ente adscrito al Ministerio del Trabajo) cerró este estacionamiento porque se incumplían muchas condiciones de seguridad y ambiente laboral: hacían falta baños, lugares de esparcimiento para los trabajadores y un sistema de ventilación y oficinas adecuadas, entre otras cosas.
El recién electo alcalde Emilio Graterón debió acelerar el proyecto de rehabilitación de este espacio, que ya formaba parte de su plan de gobierno. Desde el principio surgieron problemas, y la primera licitación fue declarada desierta. La concesión también quedó desierta: nadie quería encargarse de un estacionamiento debido a las tarifas congeladas.
Finalmente las obras comenzaron en enero de 2010 y se determinó que será administrado directamente por el concejo comunal de la zona, tal como se hace con el estacionamiento de la plaza de Los Palos Grandes.
Se decidió rehabilitar también el tercer sótano para aumentar la cantidad de puestos de 300 a 400, y allí la alcaldía se consiguió con toda una caja de sorpresas: paredes dobles, equipos electromecánicos inservibles y hasta un polígono de tiro (en algún momento el lugar fue sede la policía municipal).
Aparte de rehacer todo el sistema eléctrico y de prevención contra incendios en los tres niveles, fue necesario además emprender arduas labores de demolición no previstas en este tercer sótano.
Después de muchas idas y venidas y tras más de diez millones invertidos, el estacionamiento iba a abrir a principios de noviembre cuando surgió una nueva exigencia de parte de los bomberos en cuanto al sistema de ventilación.
Pero ya se está trabajando en eso, y Graterón asegura que en diciembre el público podrá utilizar los 140 puestos del primer sótano. La reapertura de los otros dos niveles será para finales del próximo año.
JAVIER BRASSESCO | EL UNIVERSAL
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