jueves, 18 de agosto de 2011

En peligro la casa museo del escritor Edgar Allan Poe


Baltimore ha dejado de dar dinero a la Poe House: sólo quedan fondos para un año | Un policía hace guardia ante la casa para tranquilizar a los visitantes | En 'The wire', unos turistas preguntan por Poe, y un local entiende 'poor', pobre | Descampados, casas abandonadas, comercios tapiados, basura ardiendo

Neblinas del alma: El teniente Samuel Hood III, de la policía de Baltimore, hace guardia todos los fines de semana frente a la casa donde entre 1832 o 1833 y 1835 vivió Edgar Allan Poe, en la esquina de las calles North Amity y West Lexington, en un barrio inhóspito y golpeado por décadas de miseria y delincuencia. "Hago horas suplementarias para pagarle la universidad al chico", decía el sábado pasado.

El barrio donde el teniente Hood III hace guardia está ligado a dos de los iconos culturales de Baltimore (Maryland). Al más antiguo y al más reciente. A Edgar Allan Poe, que vivió en la casa que custodia Hood III, y a The wire, la serie de culto que retrata con aliento decimonónico la miseria y los bajos fondos de la ciudad.

Ningún turista se acerca a este barrio si no es para visitar la pequeña y modesta casa de Poe, la llamada Poe House. Hay descampados, casas abandonadas, comercios tapiados. "La gente de fuera de la ciudad se pone nerviosa", dijo el teniente Hood III para justificar su presencia frente a la casa de Poe durante las horas de apertura. Su presencia les tranquiliza.

Cuando el sábado, en un descampado cercano, empezó a arder un montón de basura, el policía llamó a los bomberos. A dos manzanas, acababa de celebrarse un desfile de majorettes en el que participó un político local que hacía campaña con un coche descapotable.

Los turistas que se adentraban en el barrio de West Baltimore para visitar la casa de Poe eran todos blancos, como el teniente Samuel Hood III; los vecinos del barrio son negros. Cuando veían un coche con blancos desorientados, le señalaban con la mano su destino.

En el segundo capítulo de la tercera temporada de The wire, un joven le cuenta a un amigo que se ha topado con una pareja de blancos y que estos le han preguntado por la Poe House, la casa de Poe. La pronunciación de Poe y poor (pobre en inglés) es similar. Y el negro explica que a la pregunta de dónde está la casa del pobre, les contestó que en este barrio todas lo son.

También la casa de Edgar Allan Poe. Pegada a unos projects, viviendas para familias con ingresos bajos, es una casa modesta: tres pisos estrechos en la que el escritor vivió con cuatro familiares, entre ellos su prima Virginia, con la que se casaría cuando ella era una niña. Tenía 13 años; él, 27. Y el museo es modesto. Por cuatro dólares, el visitante puede ver vajillas de época, un telescopio que Poe usó de pequeño e ilustraciones de Gustave Doré para su poema El cuervo.

Ahora la casa donde vivió el autor de La caída de la casa Usher está a punto de derrumbarse. No físicamente, pero sí como sede de un museo que se queda sin dinero. Son tiempos de crisis y recortes, y el Ayuntamiento de Baltimore la ha dejado por segundo año consecutivo sin subvenciones. Las contribuciones privadas y los fondos recaudados durante la celebración del bicentenario de nacimiento de Poe han permitido mantener abierta la Poe House, cuyo presupuesto anual es de 85.000 dólares, según el diario local, The Baltimore Sun.

"Tenemos suficiente dinero para funcionar hasta julio del 2012", dijo Nicole Mooney, que trabaja en la casa-museo. Cuando llegue esta fecha, o encuentran el modo de ser autosuficientes, o algún mecenas les rescata, o tendrá que cerrar. "Los Baltimore Ravens, un equipo de fútbol bautizado con el poema más famoso del autor, parecería un candidato natural", ha escrito en un editorial del citado diario en alusión a El cuervo.

El tiempo que pasó aquí Edgar Allan Poe fue breve. Había nacido en Boston, también vivió en Filadelfia, y desarrolló buena parte de su carrera literaria en Richmond. Pero cuando vivía en esta casa, que por entonces se encontraba en el extrarradio de Baltimore, en una zona rural, publicó sus primeros cuentos. Los responsables de la casa-museo creen que aquí escribió, entre otros, Mensaje encontrado en una botella y Berenice.

El cementerio donde está enterrado se encuentra a poco más de un kilómetro. Frente a la tumba hay una placa de homenaje del consulado de Francia, país donde Poe, al que en Estados Unidos parte del establishment literario menospreciaba como un autor de literatura popular, entró en el panteón literario de la mano de lectores como Charles Baudelaire o Stéphane Mallarmé.

Según The New York Times, la casa de Poe ha contado con visitantes ilustres como el novelista Stephen King y el actor Vincent Price, protagonista de numerosas adaptaciones al cine de sus cuentos. Uno de los problemas, sin embargo, es la escasez de visitantes, que pueden ser en torno a 60 en un sábado, según Mooney. La localización, lejos del centro turístico, no ayuda.

El teniente Samuel Hood III hace lo posible para que los turistas se sientan seguros. Limpia las hojas que hay en el descampado de enfrente. Les indica cómo llegar al cementerio. Les da conversación. Cuenta, por ejemplo, que él empezó a interesarse por Poe en la escuela cuando a los 12 años descubrió Un corazón delator. Y explica que en los últimos años las cosas han mejorado en estas calles, que el tráfico de drogas ha bajado, y que la cercanía de la universidad y la construcción de nuevas viviendas es un buen augurio. "Será un gran barrio", dijo. "Odiaría que cerrasen la casa de Poe, porque es una maravilla".

MARC BASSETS | WASHINGTON

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