Un autorretrato de
Edouard Manet de 1878 se ha vendido este martes por 22,4 millones de libras (27 millones de euros) en una puja de arte moderno e impresionista de la casa de subastas Sotheby's . El Autorretrato con paleta tenía un precio estimado de salida de entre 24 y 36 millones de euros, y fue pintado por el artista francés en el momento cumbre de su carrera. Antes de la subasta, el vicepresidente de Sotheby's, Charles Moffet, justificó el alto precio de la obra al manifestar que se trata "del mejor autorretrato de la historia de la pintura".
El cuadro fue subastado en una importante puja en Londres con obras de
Matisse,
Derain,
Picasso y
Rodin, entre otros, que se saldó con ventas por un valor total de 135,3 millones de euros, una de las cifras más elevadas conseguidas hasta ahora por Sotheby's en Londres.
La obra, cuyo título completo es Portrait de Manet par lui-même en buste o Manet a la palette, es uno de los dos autorretratos del artista y el único que sigue en manos privadas: el otro está en el museo Bridgestone, de Tokio. Cuando se subastó por última vez, en 1997, como parte de la colección del filántropo estadounidense John Loeb, se vendió por unos 14,3 millones de euros al cambio de hoy.
Odaliscas jugando a las damas, de Henri Matisse, y Árboles en Collioure, de André Derain, fueron las otras dos grandes obras que subastó Sotheby's en Londres. La primera se vendió por 14,2 millones de euros y la segunda por 19,5 millones de euros. El lienzo de Matisse, pintado en 1929 y por primera vez a la venta en una subasta, es uno de sus trabajos más icónicos, perteneciente a la serie de trabajos realizados en su estudio de
Niza (Francia) y caracterizados por los desnudos femeninos o por las representaciones de mujeres vestidas con prendas exóticas.
Por su parte, Árboles de Collioure perteneció a
Ambroise Vollard, legendario marchante del París de comienzos de siglo XX, pero no se supo de su paradero hasta 1979, cuando se encontró en una caja fuerte de la Sociedad General de París junto a otros importantes cuadros. Al parecer los depositó allí en 1939, poco después de la muerte de Vollard, Erich Slomoic, un joven yugoslavo amigo del coleccionista que murió a manos de los nazis en 1942 al regresar a su país natal, sin que revelara a nadie el paradero de los cuadros.
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